En Kalive se propusieron renovar su marca y dar con una propuesta más profesional que representara el cambio que estaban dando; una propuesta que les permitiera llegar a un público más especializado.
Para ello, quisimos partir de su marca inicial y desarrollarla a partir de ahí. Nuestro objetivo fue dar con una identidad que honrara su historia mientras impulsaba su presencia en ese nuevo mercado.
Como se aprecia, la “K” era el elemento más icónico de esta marca, así que quisimos mantenerla, pero realizando algunas modificaciones para que se viera algo más sencilla y actual.
El resultado:
Una vez estaba el logotipo listo, tocaba darle forma al resto de la marca.
Era fundamental mantener el vínculo de esta empresaria con sus raíces, con los lugares que han inspirado Kalive desde el principio.
Gracias la selección, por ejemplo, de las tipografías o la paleta de colores, la marca respira un aire diferente y representa lo que nuestra clienta visualizaba desde el inicio.
Por último, la parte más importante, lograr unificar todos sus productos bajo una identidad fuerte y coherente, que destaca en el mercado y que esté alineada con las aspiraciones del nuevo público que buscamos.
¿El resultado? Una identidad que unifica de manera efectiva todos los productos y gamas, proporcionando una experiencia de marca completa y eficaz, y una presencia en el mercado mucho más competitiva.